Poema de Adriana Heredia (Cd. Victoria)

Muere sólo aquel que va sin escuchar
Y vive sólo aquella que lucha sin parar
Y que en su marcha no carga sola la cruz
Y hasta una palmada alivia un poco de dolor
Compañeras constantes de la causa viva
Que la vi llenarse de tristezas
Que la vi morirse envuelta en angustias
Y la tomé del brazo para que no cayera

La escuché reír entre las flores
Respirar de los aromas de la vida
Gritar y correr en aquel campo
Y caminar altiva a su trabajo

Preocuparse por los días venideros
Y olvidar ocuparse de la vida que se escapa
Y que aparenta una causa perdida
Más no es tiempo para extraviarse en desdichas
Preocuparse por los días venideros

Ay mujer son cosas pasajeras
Son sólo piedras en el camino
Pruebas que tu Dios pone rumbo a tu destino
Son misterios de la vida misma
No bajes la guardia que levanta
Hasta el más débil de los enfermos
Que sólo en batalla se llega a la victoria
Y yo siempre contigo en la lucha que te agobia…